jueves, 10 de septiembre de 2015

150 Hamburgesas



Hay veces en los que un simple antojo puede terminar en una gran aventura en la que el héroe debe atravesar un sinfín de obstáculos hasta llegar a encontrar su santo grial.

"Y ese día nunca se olvidará y será recordado con alegría en brindis rebosantes."

Esta historia le contará el buen hombre a su hijo, de como una simple hamburguesa de a 1 euro hizo a las buenas gentes allí acampadas aclamar y regañar a nuestro protagonista por igual, los unos por el placer de comer hamburguesa y los otros por las otras 149 hamburguesas que acompañaban a la primera.

En la escuela siempre he oído, cuando un alumno comía un chicle o un bollo en clase, que el profesor le preguntaba si había traído para todos los demás y, que si no era así, que lo tirase a la basura o lo guardase para luego.

Pues bien, teniendo yo tan buena educación y respeto por mis compañeros y demás personal allí acampado, y con ese antojo creciente de comer una hamburguesa después de llevar una semana comiendo de rancho día si y día también, pensé: "mal será que me escape a comer una hamburguesa yo sólo, pero si traigo suficientes para todos ninguno podrá poner una objeción a tal hazaña y será un buen complemento en la cena".

Así que en cuanto encontré un hueco en mi horario de actividades del día que me permitía ausentarme durante el tiempo suficiente para realizar esta adquisición de vituallas y con ayuda de mi fiel compañero en eso de la conducción puse rumbo sur por la N260 hacia la hamburguesería más cercana según marcaba el mapa.


Decimotercera letra del alfabeto
Tras un rato conduciendo divisamos el distintivo cartel amarillo gigante con la forma de la decimotercera letra del alfabeto que nos indicaba el lugar exacto donde nos aguardaban nuestras vituallas.

¿No os habéis para a pensar nunca que los planes cuando los piensas resultan casi siempre perfectos pero luego siempre hay cosas que se escapan?

Parece ser que una buena parte del plan habría sido llamar por teléfono por eso de avisar con tiempo y llegar a recoger el pedido... aunque como después nos confesó el dependiente no habría funcionado ya que se lo habrían tomado a broma.

Y no sin razón. Hay estábamos los dos con la cara más sería posible en el mostrador solicitando al dependiente ciento cincuenta hamburguesas de un euro para llevar, momento en el cual mi fiel escudero no pudo contener más la risa al ver la expresión que ponía el encargado, cosa que no ayudó en absoluto a que nos tomara en serio hasta que dejamos los ciento cincuenta euros sobre el mostrador, momento en el cual nos invitan a volver pasados 30 minutos a recoger el pedido, cosa que sucedió sin incidentes junto con el camino de vuelta, más allá del tremendo olor a hamburguesas que acompaño a mi coche durante los siguiente días.

Yo siempre me he preguntado: ¿qué cara habría puesto el profesor si le respondéis que sí que tenéis para toda la clase y a continuación sacáis de la mochila una bolsa de chicles?

Pues bien, seguro que no la misma que si el intendente aparece con un cargamento de hamburguesas a la hora de la cena en un campamento de ciento cincuenta personas... al parecer, mientras que los chicles son algo aceptado de repartir entre los compañeros, las hamburguesas pueden desencadenar un sinfín de opiniones diferentes entre todos los allí presentes.



martes, 8 de septiembre de 2015

Paraísos Fiscales

Muchos paraísos fiscales están en islas tropicales. En la foto Rum Point en Gran Caimán (Islas Caimán)


Desde hace unos meses todo el mundo a mi alrededor me pregunta o habla mucho sobre los paraísos fiscales. Gente de todos los tipos, incluso gente que tiene cierto peso político habla de ellos y la verdad es que me da miedo que parece que no saben lo que están diciendo.

Dice la RAE que un paraíso fiscal es "País o territorio donde la ausencia o parvedad de impuestos y controles financieros aplicables a los extranjeros residentes constituye un eficaz incentivo para atraer capitales del exterior."


Aunque hay matices. Según la normativa española "Los países y territorios a los que se refiere el artículo 1 que firmen con España un acuerdo de intercambio de información en materia tributaria o un convenio para evitar la doble imposición con cláusula de intercambio de información dejarán de tener la consideración de paraísos fiscales en el momento en que dichos convenios o acuerdos entren en vigor".


Muchos de estos llamados paraísos fiscales son países en los que apenas se pagan impuestos, tanto los locales como los extranjeros. ¿Y por qué? Pues o bien porque con los impuestos que recaudan tienen suficiente y porque siguen otros modelos de financiación diferente al nuestro (por ejemplo, no hay colegios públicos, se mantiene un sistema básico de infraestructuras, no hay sanidad pública, etc...). Cada país tiene sus particularidades.


Hay países que, por ejemplo, graban sólo la importación de bienes, mercancías y trabajadores (permisos de trabajo) o a los turistas y con eso tienen suficiente para mantener ciertos servicios que ellos consideran suficientes (algunos colegios públicos, policía, bomberos, refugios, jueces, administración...) en los que los servicios sociales o la sanidad no suelen estar incluidos y delegan en manos privadas obligando a todo trabajador a contar con un seguro médico y plan de pensiones.


¿Y por qué? Un país democrático (como la mayoría de los llamados paraísos fiscales) es libre de decidir su forma de funcionar. (Acuerdos y membresía - o pleitesía - a organizaciones aparte). A ellos les funciona bien así y no quieren cambiar. Y no, no todos son ricos millonarios que viven a todo lujo. Hay gente que no llega a final de mes, hay gente que necesita de la beneficencia, hay gente acomodada y hay gente adinerada (que son los menos), como en todas partes. 


¿Entonces? Según parece ser el problema no es tanto de no pagar impuestos si no como de que no informan a los países de los que son nacionales las personas que tienen dinero allí de que esas personas tienen cierta cantidad de dinero allí. Y aquí es donde entra la picaresca de la gente.


La culpa no es del país declarado paraíso fiscal si no del nacional extranjero que no declara ese dinero en su país, pero parece que es más fácil perseguir a estos países que obligar a tus propios ciudadanos a declarar los bienes depositados en ellos.


Una cosa que me sorprendió mucho de España, y que yo creo que demuestra la profunda ignorancia o mala fe de nuestros reguladores, es que si te vas a vivir y trabajar a un país considerado paraíso fiscal estás obligado a seguir pagando tus impuestos en España durante los siguientes cuatro ejercicios fiscales.


¿Y por qué digo esto? Pues porque el no pagar impuestos no quiere decir que ese dinero no se necesite. Como he mencionado antes no se pagan impuestos por lo que los servicios públicos son bastante limitados, y si necesitas algo te lo tienes que pagar de tu sueldo (transporte, educación, sanidad, etc...), y si encima tienes que tributar en España os puedo asegurar que es muy difícil si no imposible vivir en uno de ellos con un trabajo honrado aunque sea bien remunerado (al final pagan justos por pecadores).


Y aquí, que cada uno saque sus propias conclusiones, aunque parece que siempre es mejor echarle la culpa al de fuera que mirar dentro de la propia casa.

lunes, 7 de septiembre de 2015

Tiempos Interesantes

From Wikimedia

Hace un tiempo ya que leí el genial libro de Terry Pratchet (Tiempos Interesantes), del cual me acuerdo cada vez que pienso en entradas que quizás debería haber escrito ya en este blog, pero que por fin he encontrado un momento y aquí está.

La entradilla dice así:

Tras las murallas resiste una cultura milenaria que les guía por la tradición y por unas estrictas leyes sociales. La gente recibe una educación exquisita, y la peor maldición consiste en decirle a alguien: "Ojalá vivas tiempos interesantes".

Pero, ¿de verdad que es una maldición? A veces pienso que si no llegaran estos tiempos la cosa se pondría muy aburrida, demasiado para saber qué hacer con tanto tiempo libre.